EL COLEGIO
Iniciamos con ilusión este nuevo curso académico, ilusión que queremos compartir con todos vosotros, ya que sin vuestra colaboración y apoyo nuestra labor tiene poco sentido. Debemos conseguir entre todos seguir formando a los niños. Esta formación no debe centrarse sólamente en el aspecto académico (imprescindible en cualquier caso) sino que debemos dirigir nuestra atención a los valores que tienen que desarrollar para que lleguen a ser, sobre todo, personas educadas y valiosas dentro de la sociedad tan difícil en la que estamos viviendo actualmente. Nuestro proyecto se basa fundamentalmente en esto, porque hemos apostado por una enseñanza pública y de calidad. En esta labor estamos todos y todos tenemos que responsabilizarnos de la parte que nos corresponda.
Esperamos, pues, que empecemos este curso con energías renovadas. Por parte del Equipo Directivo y Claustro de Profesores os ofrecemos todo tipo de colaboración y aprovechamos la ocasión para saludaros cordialmente y comunicaros una serie de datos de carácter general que consideramos de gran utilidad para el buen funcionamiento del centro.
Esperamos, pues, que empecemos este curso con energías renovadas. Por parte del Equipo Directivo y Claustro de Profesores os ofrecemos todo tipo de colaboración y aprovechamos la ocasión para saludaros cordialmente y comunicaros una serie de datos de carácter general que consideramos de gran utilidad para el buen funcionamiento del centro.
LA CIUDAD
Nacida en la orilla de la Via Augusta y de l'Albufera, Silla ha sufrido durante muchos años, las consecuencias de encontrarse en el centro de una encrucijada de caminos muy importante; pero en la actualidad, mientras se esfuerza por superar los problemas urbanísticos que la ahogaban, está recuperando con gran celeridad sus espacios naturales, su imagen perdida y la confianza en el futuro
COMARCA: L´HORTA SUD
HABITANTES:16.706
SUPERFICIE:25 KM CUADRADOS
SUPERFICIE CULTIVADA 2.127 Ha.
INDUSTRIA DEL MUEBLE
PARQUE NATURAL DE L'ALBUFERA
UN POCO DE HISTORIA
Dos factores geográficos han sido determinados en la evolución de Silla. Por un lado las características propias del clima y el terreno productivo. Y por otra, la situación privilegiada en medio de un crucigrama de caminos y la proximidad a un lago tan exuberante como la Albufera, cantada enfáticamente por los escritores clásicos Plinio, Estrabón y Tito Livio.
Estas condiciones óptimas motivaron la presencia de pobladores ocasionales desde épocas prehistóricas, siguiendo la costumbre de bajar de las montañas donde habitaban, a procurarse pesca y caza. Sin embargo, los inicios de la actual población sólo pueden datarse a partir de época romana con la presencia de una "villae", una de las explotaciones agrarias situadas en la centuriación que rodeaba la Vía Augusta. De este asentamiento más estable, vinculado cronológicamente a la fundación de la civitatis Valentia (138 a. C), tenemos bastantes testimonios arqueológicos por la zona del Alter como monedas republicanas, sillares, bases y maderas de columna, piedras de molino y fragmentos de cerámica, mientras que el yacimiento sobre el que se asienta la torre es posterior en el tiempo, concretamente del siglo I - II d. C. Pero tal vez, la herencia más valiosa haya sido la red de acequias y caminos, base del futuro desarrollo agrícola, sin olvidar el significado del nombre de la localidad, ya que según la teoría de los filólogos romanistas, Silla deriva del latín Cellae, bodega o bodega; relacionando este topónimo con la industria vinatera, muy importante en nuestro término en la antigüedad.
La siguiente hito histórico es la dominación musulmana, cuando por su posición, Silla permanecía inmersa en la efervescencia de los siglos XI y XII, donde se produjeron transformaciones políticas y culturales muy importantes, pues las nuevas taifas de Valencia y Dénia fueron beneficiarias de un comercio mediterráneo que desarrollará nuevos mercados agrarios, la producción artesanal de papel, la sedería, y el refinamiento de las clases acomodadas de la Madina Balansiyya. Desde entonces, Silla aunque comparte un amplio patrimonio, pudiendo afianzar este legado gracias a la magnificencia arquitectónica de la Torre con sus hallazgos arqueológicos árabes, la trama del paisaje agrario con la introducción de nuevos cultivos hortelanos, los azudes, aljibes y norias (que estuvieran en funcionamiento hasta los años cincuenta), así como la toponimia de las primeras "partidas" del término (el Algudor, la Amet, la Aliaga, la Bega, etc,) que se han mantenido inalterables hasta ahora.
COMARCA: L´HORTA SUD
HABITANTES:16.706
SUPERFICIE:25 KM CUADRADOS
SUPERFICIE CULTIVADA 2.127 Ha.
INDUSTRIA DEL MUEBLE
PARQUE NATURAL DE L'ALBUFERA
UN POCO DE HISTORIA
Dos factores geográficos han sido determinados en la evolución de Silla. Por un lado las características propias del clima y el terreno productivo. Y por otra, la situación privilegiada en medio de un crucigrama de caminos y la proximidad a un lago tan exuberante como la Albufera, cantada enfáticamente por los escritores clásicos Plinio, Estrabón y Tito Livio.
Estas condiciones óptimas motivaron la presencia de pobladores ocasionales desde épocas prehistóricas, siguiendo la costumbre de bajar de las montañas donde habitaban, a procurarse pesca y caza. Sin embargo, los inicios de la actual población sólo pueden datarse a partir de época romana con la presencia de una "villae", una de las explotaciones agrarias situadas en la centuriación que rodeaba la Vía Augusta. De este asentamiento más estable, vinculado cronológicamente a la fundación de la civitatis Valentia (138 a. C), tenemos bastantes testimonios arqueológicos por la zona del Alter como monedas republicanas, sillares, bases y maderas de columna, piedras de molino y fragmentos de cerámica, mientras que el yacimiento sobre el que se asienta la torre es posterior en el tiempo, concretamente del siglo I - II d. C. Pero tal vez, la herencia más valiosa haya sido la red de acequias y caminos, base del futuro desarrollo agrícola, sin olvidar el significado del nombre de la localidad, ya que según la teoría de los filólogos romanistas, Silla deriva del latín Cellae, bodega o bodega; relacionando este topónimo con la industria vinatera, muy importante en nuestro término en la antigüedad.
La siguiente hito histórico es la dominación musulmana, cuando por su posición, Silla permanecía inmersa en la efervescencia de los siglos XI y XII, donde se produjeron transformaciones políticas y culturales muy importantes, pues las nuevas taifas de Valencia y Dénia fueron beneficiarias de un comercio mediterráneo que desarrollará nuevos mercados agrarios, la producción artesanal de papel, la sedería, y el refinamiento de las clases acomodadas de la Madina Balansiyya. Desde entonces, Silla aunque comparte un amplio patrimonio, pudiendo afianzar este legado gracias a la magnificencia arquitectónica de la Torre con sus hallazgos arqueológicos árabes, la trama del paisaje agrario con la introducción de nuevos cultivos hortelanos, los azudes, aljibes y norias (que estuvieran en funcionamiento hasta los años cincuenta), así como la toponimia de las primeras "partidas" del término (el Algudor, la Amet, la Aliaga, la Bega, etc,) que se han mantenido inalterables hasta ahora.
SITUACIÓN
UN GRAN LAGO QUE LA HA VISTO DESARROLLARSE
Una gran parte del término de Silla pertenece al Parque Natural de l'Albufera, lago que, antiguamente, no sólo fue el proveedor casi exclusivo de alimentos para los vecinos, sino también una vía de comunicación entre los pueblos de los alrededores. De las más de trescientas mil hectáreas que le atribuyen los historiadores en sus orígenes, l'Albufera ha pasado a las escasas tres mil que tiene actualmente. Pero, a pesar de las agresiones, el lago es todavía un paisaje fascinante, especialmente si contemplamos cómo una vela latina se desliza suavemente sobre la superficie plateada en un día de calma.
Los campos de arroz ocupan en la actualidad más de la mitad del terreno cultivable de Silla. Pero, además de potenciar diversas industrias , entre las que destaca cada día con más fuerza la del mueble, la población de Silla ha sabido comprender la importancia del espacio natural que le corresponde conservar. La vieja práctica del aterramiento de zonas húmedas ha sido sustituida por una cuidadosa recuperación de los humedales que, además de devolver a las orillas del lago su belleza natural , ha permitido la cría de uno de los alimentos más deliciosos de la comarca: las anguilas
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